Cirugía Refractiva

El láser Excimer o láser de excímeros es un tipo de láser con diferentes longitudes de onda que genera una luz ultravioleta, invisible y fría, la cual separa las moléculas de los tejidos. Esa es una gran diferencia con otras técnicas, que cortan o queman.

Al aplicar este láser sobre la córnea, el oftalmólogo tiene la capacidad de moldearla y modificar su graduación, con la seguridad de no afectar los tejidos que la rodean.

Los diferentes procedimientos empleados en la cirugía con Láser Excimer, permiten pulir con suavidad el tejido de la córnea, hasta convertirla en una especie de lente. De esta manera, se corrigen los defectos de la refracción, de forma rápida, confiable y segura, recuperando la visión y permitiendo que el paciente deje de utilizar anteojos. 

Mediante un instrumento especialmente diseñado para este tipo de intervenciones, el microquerátomo, el médico levanta una fina capa de tejido corneal semejante a una lentilla (flap). De este modo, deja libre la zona ocular donde va a actuar el láser para modificar la forma de la córnea.

Con el objetivo de moldear la córnea, el cirujano aplica el Láser Excimer sobre la capa intermedia, durante un período de tiempo de entre 5 y 45 segundos. El tiempo de la aplicación dependerá del tipo y magnitud del error (o errores) de refracción que tenga cada paciente.

Finalmente, se vuelve a colocar el tejido de la córnea, que se adhiere y sana naturalmente, sin necesidad de puntos. 

Luego de la cirugía, el paciente permanecerá en una sala de recuperación durante unos 20 o 30 minutos, tras lo cual podrá dirigirse a su domicilio.

Si bien la cirugía no produce dolor, durante las primeras horas es habitual sentir ligeras molestias como visión borrosa, ojos secos o lagrimeo, pero ya comenzará a notar la recuperación de su visión sin la necesidad de utilizar lentes o anteojos.

Los siguientes controles con el cirujano serán:
• dentro de las 24 horas 
• a la semana
• a los 30 días
• a los 3 meses, momento en el cual se considera el alta del paciente.